Política fiscal y crecimiento
DOI:
https://doi.org/10.35319/lajed.20042323Palabras clave:
Pobreza, Beneficio, Vivienda, Política FiscalResumen
Los hogares se han vuelto locos, han decidido darles menos alimentos a sus hijos, restringir sus gastos esenciales al mínimo, comprar menos ropa y no pagar las cuotas escolares y la matrícula de sus hijos, todo con el único objetivo de ahorrar dinero. Algunos hogares ahorran su dinero en el sistema financiero, pero la mayoría lo acumulan en sus casas, debajo de su colchón. La locura también afecta a los inversionistas, sus espíritus animales han desaparecido y han reducido sus inversiones porque, extrañamente, ya no les gusta obtener ganancias. Los banqueros, por otro lado, ya no prestan dinero; mantienen los depósitos de sus clientes en bóvedas y prefieren perder los pagos de intereses en lugar de prestar dinero y aumentar las ganancias.